Y pensar que ya no hay vuelta atrás, que ya eres toda una adolescente pero te gustaría volver a esa época, a tu infancia, donde eras el centro de atención, donde tus padres te daban mimos las 24 horas del día y te prestaban atención a todo momento.
Eras feliz, los problemas no existían, no tenías complejos y tu máxima preocupación era tener el juguete de última moda.
Cuando eras pequeña querías ser mayor, te colocabas los tacones de tu madre y te paseabas pasillo arriba, pasillo abajo, y ahora te arrepientes, desearías no haber crecido. 
Acuérdate de todos los momentos que pasaste y siéntete orgullosa de la maravillosa infancia que tuviste.
 
