Que no hay noche ni día que no piense en ti y en la forma en la que me pides los besos o me los robas. Y cada vez que lo pienso me recorre un cosquilleo por el cuerpo que hace que se me ponga la piel de gallina. Que simplemente con mirarme a los ojos me haces la niña más feliz del mundo, que ya no hay nada que nos pueda separar, que estaremos juntos, hasta el final.
 

