27.2.12

Más fuerte que los ladríos de los perros consentíos.

Y dicen que del amor al odio solo hay un paso, unos centímetros, unos segundos. Es irónico que alguien que ha sido lo más importante para ti, se vaya de tu vida como si del viento que entra por la ventana se tratara, pero, ¿cómo impedirlo? Al fin y al cabo la pasión se acaba, la llama se apaga y ya no hay Dios que la encienda. Pero no hay que quedarse estancado, viviendo del pasado, hay que levantar la cabeza y mirar hacia delante, porque el final de un camino, siempre es el principio de otro y si una puerta se cierra, otras se abrirán.
Que esta historia se acaba, pero quedan muchas que vivir.