2.4.12

Se hace llamar amor.

Solo los que se han llegado a enamorar alguna vez lograrán entenderme.
El problema es que yo nunca había necesitado tanto a una persona hasta que le conocí a él y entre la mezcla de su maldita perfección y mi estúpida ingenuidad quedé prendida a él. Nunca me hubiera imaginado que lo que empezó con un capricho de niña pequeña hubiera terminado con la mayor espina clavada en mi corazón. La verdad es que no supe como reaccionar y sigo sin saberlo, aún habiendo tenido las mayores decepciones que nunca he tenido, mi esperanza no se ha desgastado, todavía sueño con un "tal vez" o un "podría ser"; lo sé es de ser demasiado ilusas, pero, ¿y si abre lo ojos y se da cuenta de todo lo perdido? Que sería lo más probable si de verdad me quería tanto como él decía, aunque quizá todo lo que vivimos fue una mentira o quizá solo fue un cuento sin acabar. 
¿Volveremos a vernos? ¿Volveremos a sentir esas ganas irrefrenables de besarnos? ¿Volveremos a ser dos cuerpos en uno? ¿Llegará a cumplir las promesas que dejó a medias? Miles de preguntas y no está aquí para darme las respuestas. Supongo que ya va siendo hora, ¿no? De levantar cabeza y abrir los ojos para poder darme cuenta de que él ocupó varias hojas del libro de mi vida, pero quedan muchas más para rellenar. Y si mi futuro es estar con él, lo escribiremos juntos y sino, sola nunca me ha ido del todo mal. Pero aún así, seguiré con la esperanza, esa que he nombrado antes, de retomar lo que un día fuimos. 
-Una servidora se sincera con mucho gusto.